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Para ganar la nueva década: Consideraciones

La multipolaridad como oportunidad La comunidad académica y la política coinciden en que a partir del año 2001 Estados Unidos trasladó su foco intervencionista de Latinoamérica a medio oriente, esto motivado por el 9/11, el fracaso de la implementación de las políticas del consenso de Washington en LAM y la emergencia de gobiernos nacionalistas y latinoamericanistas -luego- en la región, principalmente.



Este proceso estuvo acompañado con un viraje del mundo de multipolaridad relativa, donde EEUU quedó como hegemón pos caída del muro, a uno de clara multipolaridad donde Rusia se muestra como emergente armamentístico a partir del nuevo milenio y china como emergente económico. La evolución armamentística de Rusia es relativa y tiene un peso similar a la de Irán, por debajo ambos de Arabia Saudita, por ejemplo. La potencia está vinculada a la decisión política del uso de las armas.

La realidad actual muestra a un EEUU más replegado en sí en términos reales –inversión en intervención indirecta- aunque algunas investigaciones sugieren que la distribución de armas existe a costas de su gobierno en Venezuela y mantiene apoyo discursivo a todo aquel que represente un modelo económico neoliberal en la región -Bolsonaro, Macri, Piñera, Guaidó, Lenin Moreno, Luque, hoy Áñez, etc.-

No obstante esto los comodities y las inversiones extraordinarias de China –principal impulsor de la región en la última década y media- cayeron conjuntamente con el aumento del proteccionismo mundial a partir de la crisis de burbujas financieras de Wall Street y su impacto local -2008/2012-. Lo que produjo desequilibrios financieros en el final de muchos gobiernos Nac&Pop.

A pesar de la continuidad crediticia con el FMI, los 6 mil millones adquiridos en compromiso con el BID y el supuesto de otras fuentes de divisas comprometidas, ni China ni Rusia se muestran efectivamente interesados –económicamente- en la región hasta ahora y sería la más importante variable a considerar para afrontare la difícil situación de pago de deuda y caída de intercambio comercial mundial sostenida que afrontaremos a partir del próximo año.

¿Golpe por golpe?

Las movilizaciones de sindicatos y campesinos en Colombia, las de Estudiantes y la sociedad civil en Chile, las de las naciones de pueblos originarios en Bolivia y Ecuador, las sindicales y populares en Argentina, entre muchas otras, podrían mostrar dos visiones opuestas de un mismo proceso histórico.

En primer lugar existe cierto consenso de que los populismos llegaron como emergentes pos dictatoriales y neoliberales sabiendo construir fuerza propia en grupos que habían conocido la movilización en reclamo de mayores derechos, elevándolos en términos de conciencia de los mismos. Por lo tanto se puede considerar que el reclamo es una ganancia en sí, que está vinculada a la identidad de la región pero que actúa como síntesis o como búsqueda dependiendo del gobierno.

Los gobiernos de derecha sufrieron las constantes movilizaciones en búsqueda de una hegemonía representativa, así las movilizaciones cesaron en Argentina ante la emergencia de la dupla Fernández-Fernández como identificación social, similar el caso de Lula en Brasil, cuya liberación desató las fuerzas sociales que se manifestaron de todas formas en apoyo a su figura. Pero ¿Qué sucede cuando un gobierno es popular –por los derechos que otorga- y recibe constantes movilizaciones como el caso de Maduro y Evo?

Claramente la resistencia de Venezuela y Cuba se debe a la cohesión militar y su centralismo, incluso vinculado a la religión, como el caso Iraní, ejemplo de resistencia mundial. Pero la construcción discursiva es similar, se ataca bajo principios republicanos como lo hicieron con cada gobierno popular de la región.

El aditamento que emerge hoy es el accionar militar en el caso de Chile, que funciona como Venezuela, a pesar de que la característica de su gobierno es la pérdida de derechos sociales y en el caso boliviano, con todas las características de los golpes de estado setentistas, pero con menor injerencia extranjera y legitimidad regional. FFAA que cumplen un rol represivo en Brasil y Colombia además y que en Argentina pretendieron refuncionalizarse.

Lo que nos lleva a reflexionar, trayendo a colación lo sucedido hace unos años ante el nombramiento de César Milani al frente del Ejército Argentino, ¿No estamos entrando a una etapa de contiendas que van más allá de lo electoral y que necesitan un sostén simbólico en la cohesión militar como hemos elogiado del caso Venezolano, cubano e iraní?

Las dos iglesias

Decía Hugo Wast que si había un elemento que a Latinoamérica hacia innominable era la religión y muchos son los autores que como Max Weber destacan la coincidencia del espíritu capitalista del Imperialismo del Norte con la Nueva Iglesia proveniente de una vertiente anglicana –poslutherana-.

Hoy en la región vemos una presencia extraordinaria de iglesias cristianas que operan a favor de gobiernos alineados con EEUU, como las 5000 que firmaron la candidatura de Jair Bolsonaro en Brasil y que en ese país ocupan un porcentaje abrumador de las bancas del congreso. O que en Bolivia construyeron un relato golpista anti-originario que incluso fuera reforzado por algunos integrantes de la fe católica de allí.

La ambición política y la movilización conservadora son características distintivas de estas nuevas iglesias, pero también están dentro del vaticano. A pesar de que el Papa Francisco I, principal conductor de los movimientos populares de occidente, eligiera Bolivia como sede primera del Encuentro Mundial de MP, con representantes de las naciones originarias y hoy promoviera un Sínodo del amazonas con jefes originarios de la región, hay parte de la Iglesia católica ortodoxa de la línea de Marcel Lefebvre que muestra resistencia al cambio.

Este sector realiza movilizaciones conservadoras, asociadas a gobierno de derecha y presentó disputa con Francisco desde el día de su asunción. Para esto el Papa ha nombrado 13 nuevos cardenales de perfil ideológico coincidente a la teología de la liberación y profundizado las actividades religiosas y políticas que se inclinan a reconocer al olvidado, proteger a desamparados y organizar a los excluidos.

Como en tiempos en donde la inquisición colgaba sacerdotes y quemaba monjas que se oponían a su poder vinculado a la nobleza, como cuando mujeres y hombres de fe lucharon hasta el martirio contra las dictaduras latinoamericanas, la Iglesia Católica, amplia mayoría en Latinoamérica y bastión antiimperialista, está dividida en dos y será un desafío para los nuevos populismos incorporar a la correcta a la lucha, como parece hacerlo Alberto en Argentina.

Con todos

Casi como un organismo vivo que se acerca a un gran peligro la Argentina dio muestra de su capacidad de construir hegemonía peronista ante los años duros que se avecinan. Las intenciones de Alberto parecen ser distribuir las cargas en los sectores que más se han beneficiado estos años –energía, mineras, agro y bancos- pero envía mensajes de resistencia a sectores sufridos como los trabajadores registrados, a quienes les sugiere crear instancias de capacitación tecnológica para adaptarse y construir trabajo en el nuevo mundo.

La parte más benigna parecemos tomarla los movimientos populares, que estaremos como nunca siendo parte de las decisiones presupuestarias de las políticas de contención y seguridad social en sectores vulnerables, ocupando áreas relevantes de poder con la tarea de construir movilización adherente y limitar las movilizaciones de resistencia.

Una característica del nuevo gobierno es la construcción asamblearia, sendos consejos serán creados, como el ya constituido contra el hambre y otro que devenga de las organizaciones sociales y la iglesia, más el interministerial de juventudes, por ejemplo. Agregando el trabajo en equipo como código esencial, demostrado con los múltiples encuentros realizados de técnicos y profesionales en el marco de la campaña electoral.

Sin olvidar el mostrado interés de construir política de forma horizontal con los gobernadores, incluso proponiendo reuniones de gabinete itinerante. El desafío que nos plantea esto es el de aprender a insertarnos en grandes grupos de representantes, grandes mesas de trabajo. Algo de experiencia cosechamos en la relación con otras organizaciones en la calle estos cuatro años, pero ¿Estamos listos?

 

Por Javier Luna – Integrante de la Mesa Ejecutiva del Movimiento Evita – Pte. FIRA La Rioja