En un contexto en el que la automedicación y el uso indebido de fármacos aumentaron considerablemente, la Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial (SAHA) alertó sobre la seria implicancia que puede tener este hábito sobre la salud de los pacientes hipertensos. Casi 4 de cada 10 argentinos son hipertensos y no lo saben, por lo que desconocen que hay fármacos que pueden aumentar la presión arterial..
Los fármacos de venta libre riesgosos para los hipertensos son los que se presentan en sobres o comprimidos efervescentes, los antigripales que contienen pseudoefedrina y fenilefrina para reducir la congestión nasal, así como los analgésicos y antiinflamatorios, entre otros. La Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial, realizó esta advertencia atendiendo a que 4 de cada 10 argentinos son hipertensos y no lo saben, por lo que desconocen que hay fármacos que pueden aumentar la presión arterial.
La automedicación en pacientes hipertensos presenta riesgos concretos, ya que el 5 por ciento termina hospitalizado. Del total de los internados, el 10 por ciento sufre reacciones adversas a medicamentos, y el 1 por ciento muere.
“En los hechos existe automedicación en tres casos diferentes: cuando se consumen medicamentos sin que los recete el médico; cuando se continúa tomando una medicación que pudo haber prescripto un facultativo años atrás sin controles periódicos; y también cuando se varía las dosis o la frecuencia con que inicialmente se recetó un determinado fármaco”, explicó Mildren del Sueldo (MP 19.060), médica cardióloga y vocal de la comisión directiva de SAHA.
Y agregó: “Los fármacos antihipertensivos necesitan de la prescripción profesional para ser adquiridos porque no son de venta libre. Sin embargo, es frecuente encontrarnos en la consulta con las otras dos situaciones comentadas que, sin duda, ponen en riesgo la salud del paciente, fundamentalmente, porque la hipertensión arterial no es adecuadamente controlada”.
Automedicación
Por su parte, el médico Nicolás Renna (MP 8.699), protesorero de SAHA, indicó que “cuando un paciente hipertenso se encuentra ante un problema de salud leve, como un resfriado o dolor de cabeza, hace lo mismo que la población en general: consume lo que tiene en casa o lo que otra persona no médica le recomienda, y espera que se le alivie. Pero la automedicación en pacientes hipertensos no está exenta de riesgos. De hecho, el 5 por ciento termina hospitalizado, lo que equivale a 162 mil pacientes por año en Argentina. De ese total, el 10 por ciento sufre reacciones adversas a medicamentos; y el 1 por ciento de los internados por problemas relacionados con medicamentos muere”.
La cuestión que agrava el escenario es que casi cuatro de cada 10 argentinos son hipertensos y no lo saben, por lo que no está alertado sobre los fármacos que pueden aumentar la presión arterial (PA). A esto se le suma el hecho de que muchos hipertensos desconocen que hay fármacos potencialmente peligrosos para su salud y que pueden interferir con el tratamiento de la HTA.
Fármacos riesgosos
“Sabemos que existe una relación entre el mayor consumo de sal (sodio) y el aumento de la PA en pacientes hipertensos, sobre todo en los mayores de 60 años. La mayoría de las presentaciones en sobres o comprimidos efervescentes llevan sodio en su composición, con el fin de aumentar su solubilidad. Y con mucha frecuencia se consumen sobres o comprimidos efervescentes de paracetamol, ácido acetil salicílico (aspirina), ibuprofeno, antigripales o antiácidos. Un estudio realizado sobre más de un millón de personas, publicado por la prestigiosa publicación científica British Medical Journal, evidenció la relación entre el consumo de sodio contenido en esas preparaciones y el mayor riesgo de HTA”, puntualizó del Sueldo.
Otro grupo de riesgo son los antigripales y gotas nasales, “sobre todo los que contienen pseudoefedrina y fenilefrina para reducir la congestión nasal. Estas sustancias pueden aumentar la presión arterial en hipertensos o personas susceptibles”, agregó Renna.
Dentro del universo de los fármacos de venta libre, los analgésicos y los antiinflamatorios ocupan el primer lugar. Al respecto, Del Sueldo destacó que “existe una relación probada entre el consumo de estos fármacos y el aumento de la presión arterial, ya que por su acción a nivel renal producen retención de agua y sodio que puede aumentar la presión arterial”.
La mayor parte de los medicamentos comúnmente usados en la jaqueca o migraña contienen combinaciones de fármacos en un único comprimido que, individualmente y en conjunto, aumentan la presión arterial como la ergotamina, cafeína y antiinflamatorios. “Su uso debiese limitarse en hipertensos en los que la cefalea es un motivo común de consulta”, puntualizó finalmente Renna.
Ante este escenario, los referentes de Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial, enfatizaron la importancia de no recurrir a la automedicación ante ninguna situación, y más aún si la persona es hipertensa.
Hipertensión arterial
La hipertensión arterial es una enfermedad frecuente que afecta a un tercio de la población adulta. Se produce por el aumento de la fuerza de presión que ejerce la sangre sobre las arterias de forma sostenida. Es una enfermedad que no da síntomas durante mucho tiempo y, si no se trata, puede desencadenar complicaciones severas como infarto de corazón, accidente cerebrovascular, daño renal y ocular, entre otras complicaciones. Se puede evitar si se controla adecuadamente.
Se desconoce el mecanismo de la hipertensión arterial más frecuente llamada “esencial", "primaria" o "idiopática", aunque existen factores que suelen estar presentes en la mayoría de las personas que la sufren. La herencia (padres o hermanos hipertensos), el sexo masculino, la edad, la obesidad, la ingesta de sal, el consumo excesivo de alcohol, el uso de algunos fármacos (incluso los de venta libre) y la poca actividad física o sedentarismo determinan la hipertensión.
La única manera de detectar la hipertensión es su medición. Muchas personas tienen la presión arterial elevada durante años sin saberlo. Existen dos medidas: la Presión Arterial Sistólica (PAS) o máxima y la Presión Arterial Diastólica (PAD) o mínima. Se considera presión arterial alta (hipertensión cuando dicha medición máxima es mayor o igual a 140 y la mínima es de 90.
La hipertensión, en la mayoría de los casos, no puede curarse pero si puede controlarse. Para lograrlo debe seguirse un tratamiento regular de por vida para bajar la presión y mantenerla estable. La medicación es sólo una parte de ese tratamiento. El médico también suele recomendar, si es necesario, una alimentación saludable para perder peso, no abusar del consumo de sal y alcohol y la importancia de realizar actividad física con regularidad.