No automedicarse, detectarlas a tiempo y acudir a un profesional son puntos esenciales para una pronta recuperación..
El descenso de las temperaturas que acompañan a la época invernal, genera las llamadas enfermedades estacionales, siendo las infecciosas respiratorias muy comunes tanto en niños como en adultos. La Asociación Argentina de Medicina Respiratoria, informa sobre algunos cuidados necesarios para este momento del año.
Durante el invierno, existe un aumento de circulación de gérmenes. Se trata especialmente de virus, que son los precursores de cuadros infecciosos -en su mayoría de bajo riesgo- y que ceden de manera espontánea entre 5 a 7 días luego de haberse iniciado el cuadro, no se tratan con antibióticos y presentan mejoría sintomática con antitérmicos.
Enfermedades típicas del invierno
Resfrío: es el de mayor frecuencia y dura de 3 a 5 días. Los síntomas son: estornudos, congestión y secreción nasal, escasa tos seca, dolor de cabeza y fiebre no muy alta. El tratamiento se basa en aliviar los síntomas, con analgésicos, descongestivos y/ o antihistamínicos.
Gripe o Influenza: dura entre 5 y 10 días. Se trasmite por contacto con secreciones de personas infectadas a través de las gotitas que se diseminan al toser o estornudar, y de superficies u objetos contaminados con estas secreciones. Los síntomas son más intensos, con mayor congestión y secreción nasal, dolor de garganta, fiebre alta, dolores musculares y tos seca, que puede luego ser con secreciones. Al igual que en el resfrío, se tratan los síntomas.
La gripe puede presentar complicaciones, se debe estar atento y consultar rápidamente ante la presencia de síntomas como falta de aire o dificultad para respirar, aumento de la tos con catarro amarillo o verde, dolor en el tórax.
Bronquitis-Traqueítis: es la inflamación de los bronquios o la tráquea, que son los conductos por donde circula el aire. Los síntomas son tos con mayor producción de secreciones y, en algunos casos, cuadros de broncoespasmo. La causa es de origen viral en el 80% de los casos, los antibióticos están indicados según el criterio médico.
Neumonía: los síntomas son fiebre alta, tos con expectoración amarrillo-verdosa o sanguinolenta, dolor en el tórax, decaimiento general, falta de aire. Es la infección más severa de las vías respiratorias, en algunos casos requiere internación. La causa más frecuente es por bacterias y se trata con antibióticos.
Prevención
Vacuna antigripal
La vacuna es la principal medida de prevención contra la gripe. Para la temporada 2018, se recomienda que la vacuna contenga las siguientes cepas contra influenza: A H3N2, A H1N1 y B. El momento ideal para aplicarse la vacuna, es previa a la época invernal (temporada de gripe), antes de la propagación del virus de la influenza en la comunidad. El desarrollo de anticuerpos para proteger a una persona contra la influenza, demora aproximadamente dos semanas desde la vacunación.
La vacuna antigripal no contiene virus vivos, por eso es imposible que ocasione gripe. Cualquier enfermedad respiratoria que genere síntomas inmediatamente después de la vacunación, representa una infección coincidente y no relacionada con la vacunación. El efecto secundario más frecuente es una reacción local (dolor, eritema) en el lugar de la inyección que dura no más de 2 días.
Vacuna Anti-neumocócica
Actualmente el esquema de vacunación está indicado en todas las personas mayores de 65 años y en menores de 65 bajo ciertas condiciones que deben ser especificadas por el médico de cabecera. Las vacunas anti-neumocócicas son de aplicación gratuita en los grupos de riesgo y la indicación y forma de aplicación dependen de los antecedentes de vacunación previa.
Recomendaciones
La presencia de síntomas como congestión nasal, estornudos y tos sin mocos, generalmente son de causa viral y no requieren antibiótico.
Mantenerse alerta por posibles complicaciones y acudir a la consulta en forma temprana en casos de personas con enfermedades de base: cardiológicas, respiratorias, diabetes, renales y oncológicas.
Conocer si la persona aplica a la indicación de vacunación antigripal o anti-neumococcica.
Generar espacios limpios y con ventilación adecuada.
Lavarse las manos en forma frecuente por 10 segundos con jabón regular o con alcohol gel.
Al toser o estornudar taparse con el brazo o cara interna del codo, evitando usar la mano.
Tirar a la basura los pañuelos descartables después de usarlos.
Asesoraron: Dra. Alejandra González (MN 80414) y Dr. Marco Solís (MN 124242). Coordinadores de la Sección de Infecciones Pulmonares de la Asociación de Medicina Respiratoria.