
Para quienes trabajamos en el sistema educativo desde hace muchos años, sabemos lo que es una ilusión y el entusiasmo de empezar algo nuevo. Los que ingresan en cualquier institución educativa o de formación para aprender lo hacen con lo que se conoce como el 'tamaño de una ilusión', tiene una fuerte carga de deseo: especialmente si se es joven. Puede ser que ingresen por vocación, por tradición familiar, por necesidad de una salida laboral rápida, pero es su elección y nadie debería impedirla..
Por Carlos Liendro
La noticia del sádico maltrato sufrido por los cadetes de la Escuela de Policía de La Rioja, ha dado la vuelta al mundo, como se dice comúnmente. Cuando se ve por TV, la noticia impacta más rápido que tal vez un boletín informativo leído por radio. De los doce internados uno sigue aún en grave estado. Poco a poco se fue conociendo qué sucedió en el lugar bajo las altas temperaturas de La Rioja, y el abandono de uno de los aspirantes, dejándolo tirado en el campo donde ejercitaban. El parte oficial del Hospital Vera Barros, informó que dos pacientes de 19 y 25 años siguen con pronóstico reservado, otros en estado crítico y los restantes evolucionan favorablemente.
La primera pregunta que uno se hace es ¿quién o quiénes son los responsables?, a su vez impacta en ‘el inconciente colectivo’ de la gente al medir la temperatura política de lo que está sucediendo con las fuerzas de seguridad y del poder que han ido adquiriendo. Hubo varios hechos: cuando el presidente de la Nación recibió al policía que mató al delincuente- y luego se vio por televisión lo que las cámaras registraron, mostrando otra versión- ; los cuarenta balazos que la policía en CABA, tiró para reprimir el asalto a una joyería, hiriendo a varios transeúntes por una avenida céntrica y cerca de los Tribunales; la muerte de un menor desarmado por parte de un efectivo del grupo Halcón, no solo suman a una fría estadística, y no deben ser considerados simplemente como ‘gatillo fácil’. Porque la pregunta que nos hacemos hoy también, es cuál modelo de Estado quiere una sociedad para estas fuerzas de seguridad. Desde lo que ha hecho la gendarmería, las policías fusionadas (Metropolitanas y federal), las policías municipales.
Volviendo al punto de la responsabilidad, es justamente quiénes los forman donde comienzan las preguntas. ¿Son oficiales concursados?, ¿con experiencias en diversas formas de intervenir ante las nuevas formas de delito? Así se estudió por un tiempo con el ejército: no es lo mismo formarlos para luchar contra un enemigo externo, que ‘crear’ un enemigo interno y luego reprimirlo, como sucedió en Latinoamérica desde la década del 60. ‘Crear’ ese enemigo interno es lo que han hecho desde que conocimos lo de Santiago Maldonado y Los mapuches con la gendarmería.
En el 2015 ya se habían denunciado maltratos en la formación de policías en La Rioja. En aquel tiempo el jefe policial respondió a los medios: “vienen a la policía de la provincia, no van a las carmelitas descalzas”, con esa idea del macho- Rambo centrado en la fuerza y la superioridad los quieren formar. Hasta que llegó lo que conocimos estos días. Por suerte no quedó guardado en conciliábulos secretos del poder local. El gobernador, rápido de reflejos- por lo que escuchamos en una entrevista en TV- separó a la cúpula policial, pero faltaría ver qué le responde a los referentes de Derechos Humanos. ¿De quién depende el plan de estudios de la Academia? Lo que sabemos es que depende del Ministerio de educación y la Escuela del Instituto de Seguridad, que está bajo el área de Seguridad de la provincia. Sería interesante que estos programas puedan ser conocidos por la población y ser cotejados en otras áreas (universitarias, municipales) para que el aspirante no quede prisionero de algún resentido oficial superior en hacerlo sufrir para demostrarle que ‘él no vale nada’. Algo así han comentado sobre la obra de Vargas Llosa- ‘La ciudad y los perros’- donde el odio de los veteranos se descarga sobre los ingresantes en la escuela militar. Pero esto que ha sucedido no es eso, ni tampoco el film ‘Loca academia de policía’. Es algo mucho más real y dramático por las vidas que están en juego; y que aclaradas las responsabilidades de quienes conducen y capacitan, no quede todo en el mismo lugar.