A fin de año, los balances, las reuniones y la nostalgia están a flor de piel. Pero no todos están preparados para afrontar este cúmulo de emociones y obligaciones..
Las reuniones por la llegada del fin de año, en el campo laboral y familiar suelen alterar la rutina cotidiana y muchas veces obligan a fijar encuentros y reuniones con personas o familiares con las que tenemos rispideces o enojos.
Consultado por Télam Axel Persello, creador y director del Instituto Americano de Formación e Investigación (IAFI), ingeniero industrial y trainer en programación neurolingüística lleva más de 10 años diseñando experiencias para conectar mente, cuerpo y emoción aplicadas tanto a la vida laboral, como personal.
El especialista entiende que los vínculos interpersonales son delicados lazos en continuo movimiento: "Creamos vínculos en todos los ámbitos de nuestra vida, este delicado balanceo a veces puede brindarnos satisfacción y otras veces frustración".
"Lo que se tiene que plantear -dice Persello- es si realmente se valora el vínculo, o se entra en un estado como de resignación donde uno no quiere o no puede darse cuenta que ese vínculo débil está lastimando".
El poder de la palabra
Expresar de manera franca lo que uno siente hacia otro, disgusto o empatía, es uno de los primeros pasos para recomponer un vínculo.
"Cuando se rompe un vínculo, continúa Persello, no importa quien tiene razón, se está perdiendo una amistad o una relación familiar, si uno logra hacerse cargo de la situación, lo que más tenemos a mano es la conversación".
El especialista explica que es necesario habilitar un espacio de conversación y ejemplifica: “Hay veces que se trata de temas antiguos arrastrados, personas que suelen discutir por el día a día cuando en realidad hay algo de fondo que es mucho más importante, hay que conversar del problema raíz, sobretodo en la relaciones muy cercanas, padres, hijos, parejas, son épocas para tomar la palabra y generar el contexto, y en vez de quejarse, hay que hacer un pedido".
Además, Persello resaltó la importancia de la acción reparadora, saber que el otro se da cuenta del daño que nos hizo y de alguna forma que esté dispuesto a repararlo.
“Es una buena época para pedir perdón, para fortalecer un vínculo, agradecer por haber estado durante todo el año acompañando, decir te quiero y con sentido”, concluye el especialista.